La ilusión de que los agricultores cuenten con una banca integral y especializada en el campo se aleja cada vez más en el horizonte del actual gobierno morenista.
La Financiera Nacional de Desarrollo (FND) que al inicio de la presente administración concentraría las tareas de otorgar créditos y otros servicios financieros al sector rural pierde protagonismo y tiende a desvanecerse ante la relevancia que empiezan a tener otras entidades.
De esta manera, el anuncio difundido, en diciembre pasado, de que la FND suspendería sus ministraciones, anticipa la desaparición, fusión o sustitución de este organismo en la Financiera del Bienestar.
La zozobra entre los productores que tienen créditos otorgados por la FND crece, pues han manifestado su inquietud de lo que sucederá tras la desaparición de esta institución, por ello, “es fundamental abrir un canal de comunicación efectivo con los sectores productivos primarios nacionales”, manifestó la presidenta de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Senado de la República, Nancy Sánchez Arredondo.
Por su parte, los representantes de la Financiera Nacional, contrario a los términos de los acuerdos contractuales celebrados, exigen los pagos inmediatos de créditos que estaban pactados a plazos, con la amenaza de que al no realizarlos serán llevados a buró de crédito, lo que representa una gran amenaza para el sector.
“Hay mucha incertidumbre entre los productores, porque nadie les ha informado qué va a pasar con sus créditos y quién le seguirá apoyando”, agregó la Senadora Sánchez.
A esto se suma que a inicios de 2023, FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura, del Banco de México) anunció un convenio con el gobierno de Sinaloa para “ofrecer una alternativa de atención” a los acreditados de la FND, así como ampliar el financiamiento a productores y empresas del sector agrícola.
El director general de FIRA, Jesús Alan Elizondo Flores, y el secretario de Agricultura de Sinaloa, Jaime Montes Salas, formalizaron la firma de un convenio de colaboración que establece un fondo mutual de garantía líquida por 193.3 millones de pesos para respaldar los créditos que otorguen los intermediarios financieros en operación directa con FIRA, a los clientes de la FND, que venían atendiendo en la entidad, tanto en el primer como en el segundo piso.
El fondo –se informó en un comunicado– es administrado por FIRA para otorgar una cobertura de 12% del portafolio de los créditos que intermediarios financieros otorguen a los productores acreditados con FND y responde a necesidades de financiamiento de hasta de un millón de UDIS en cultivos de maíz, trigo, sorgo y garbanzo del ciclo otoño–invierno 2022-23. Este instrumento servirá para detonar créditos hasta por 3,287 millones de pesos.
Con estas señales la posibilidad de crear una banca del campo que apoye de manera integral a los productores rurales no fructificó en este gobierno, dado que al inicio de la presente administración se anunció la creación de la Financiera Nacional Agropecuaria Sociedad Nacional de Crédito (Finagro), que integraría a la FND con el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco), el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir) y Agroasemex.
El pasado martes, en una reunión con senadores de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, el director de esta institución, Jesús Alan Elizondo Flores dijo que FIRA promueve esquema para atender a productores que estaban acreditados en la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), mediante la implementación de esquemas de garantías, a través de intermediarios financieros, con lo que estima apoyar créditos por 16 mil 318 millones de pesos (mdp), en beneficio de 8,545 productores y empresas.
Reconoció que ante la limitación en flujo de financiamiento –por la suspensión de créditos de la FND– la institución busca esquemas para crear fondos de garantía donde participen 20 entidades del país.
Por su parte, los legisladores cuestionaron la falta de crédito para los productores agropecuarios del país, la ausencia de una banca desarrollo, la desaparición de la FND, así como un esquema de financiamiento integral para este sector, como se había anunciado al inicio de la presente administración.
La senadora Beatriz Paredes Rangel recordó que la Financiera Rural estaba ejerciendo de 65 mil a 68 mil millones de pesos y el último año la cifra bajó a 30 mil mdp, “estamos hablando del 50% y el otro 50% quién sabe dónde se quedó y ya estamos hablando de la Financiera en su etapa de decadencia”.
El director del FIRA, Jesús Alan Elizondo Flores, detalló que en el escenario actual para atender a los acreditados de la FND en la región noroeste se estimó una necesidad de 3 mil 199 mdp para 410 acreditados; en la región norte de 3 mil 962 mdp para 651; en el sureste mil 649 mdp para 2,352; en la región sur 2 mil 444 para 4,264; y en occidente 5 mil 065 mdp para 868 productores.
Apuntó que con la situación de la FND en los últimos meses se han observado interrupciones en la oferta de financiamiento de las actividades agropecuarias y rurales. Esto ha implicado suspensión de líneas de crédito a productores, empresas parafinancieras y financiamiento de intermediarios financiados especializados.
Lo anterior, subrayó Elizondo Flores, repercute desfavorablemente en las actividades primarias de los ciclos productivos otoño-invierno 2022-23. “La problemática tiene efectos a lo largo y ancho del país, particularmente en los financiamientos de productores de menor escala”.
Ante los senadores manifestó que para atender esta coyuntura se ha diseñado un plan que acelera la apertura de nuevas líneas de créditos a los productores desatendidos. La estrategia busca mitigar los riesgos de la cartera desatendida con un esquema de garantía de portafolio que protege a los productores de impagos en los financiamientos que reciban.
Explicó que se trata de conformar un fondo de garantía –como ya se hizo en Sinaloa– con una mezcla de recursos que aporte cada entidad federativa y FIRA, donde el productor puede elegir qué intermediario lo atienden y, sobre todo, les da un servicio que es repetible en el futuro. Es decir, si lo atiende el sector privado, es menos probable que sus esquemas de financiamiento desaparezcan, aseveró.
Para dimensionar la atención que brinda FIRA mencionó que el PIB primario asciende a cerca de 700 mil millones de pesos (mdp) y la institución destina 240 mil mdp de atención como saldo de crédito, una “penetración muy relevante”, dado que la FND en su mejor momento alcanzó 65 mil mdp, hace tres años. Hoy en día, cómo está su balance es un poco menos de 30 mil mdp.
Elizondo Flores recordó que FIRA tiene presencia regional, al contar con 32 oficinas que atienden a los productores y opera con una red de 110 intermediarios financieros de todo tipo, sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, uniones de crédito, Sofomes y bancos, de los cuales hay 25 que tienen especialización en el campo; además existen convenios de colaboración con 20 entidades federativas que han dedicado recursos para el fomento del crédito al campo.
La senadora Beatriz Paredes resaltó que la política de financiamiento en el país es insuficiente y las condiciones en las que presta FIRA son muy similares a las de la banca comercial. Le presta a los agricultores que tienen garantías de diversa naturaleza y el problema de los campesinos pobres es que no las tienen, ese es problema del sector social de la economía, donde están comunidades indígenas.
“El diseño de la banca de desarrollo no corresponde a la realidad de un sector agrícola, sector pecuario, que no se identifica con las reglas del mercado financiero”, dijo la Senadora Paredes Rangel.
Por ello, recordó, a lo largo de décadas se han generado instituciones de banca de desarrollo, fórmulas diversas, desde fideicomisos que compartían el riesgo hasta inversiones directas, que apoyaban con el capital en infraestructura y el financiamiento sólo era para los insumos productivos.
Beatriz Paredes enfatizó que al inicio de este gobierno, hace cuatro años, dijeron que iba a haber una nueva ley para el financiamiento, pero “nadie supo, nadie sabe, no pasó nada”.
Aclaró que “nadie está atacando a FIRA. Estamos preocupados porque está desapareciendo la Financiera Rural” y lo que “en realidad está pasando es que cerraron las llaves”. Además está el problema de todos aquellos que no tienen acceso al financiamiento, no es que estén endeudados.
La Senadora Paredes, expresó su preocupación por los campesinos intermedios, por los ejidatarios que se esforzaron muchísimo y que lograron que su parcela de seis hectáreas se volviera productiva y que consiguieron un tractor con un enorme esfuerzo y que luego hicieron una unión de ejidos y que pusieron una bodeguita y ya no tienen fuente de financiamiento. “Me preocupa ese sector social que pudo evolucionar con organizaciones económicas productivas y que es fundamental para la producción de alimentos” y existe el “enorme riesgo” de desplazarlos hacia el sector de los productores absolutamente dependientes y que van a entrar en el cajón de las transferencias directas.
Por ello, Paredes Rangel enfatizó que necesitamos una política de financiamiento integral y que exista un verdadero debate, porque a lo mejor lo que requerimos es un nuevo instrumento, que la tan comentada iniciativa de legislación sobre nuevos esquemas de financiamiento realmente exista.
En su intervención, la senadora Nancy Sánchez Arredondo, presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, anotó que la desaparición de la FND tomó por sorpresa a los productores y los ha puesto en un serio problema de carácter financiero porque ya no cuentan con su crédito para continuar sembrando. Además se está negando a recibir los abonos de los agricultores y por eso temen caer en cartera vencida, lo cual no es atribuible a éstos.
Hay mucha incertidumbre –recalcó entre los productores porque nadie les ha informado qué va a pasar con sus créditos y quién les seguirá apoyando. Se tendrían que ir a la banca privada y eso les afectaría mucho porque el tratamiento y los requisitos para los créditos no son con una visión de apoyo a los productores.
Sánchez Arredondo puntualizó que en el Valle Mexicali, Baja California, el tema es la cartera vencida de los trigueros y los algodoneros con la Financiera Nacional de Desarrollo.
“Los créditos han pasado a manos de despachos de cobranza y que no se han tocado el corazón para dejar a los productores en la vil calle y ya las parafinancieras parecen casas de empeño o inmobiliarias”, sostuvo la legisladora.
Su comportamiento ha sido “voraz” y todo porque ni la Secretaría de Hacienda ni la Financiera Nacional de Desarrollo fueron capaces de realizar un adecuado rescate, porque inclusive ya se encontraba dispuesto el gobierno de la entidad.
Refirió que en el Valle de Mexicali existen alrededor de 50.000 hectáreas desaprovechadas y “está improductivo por el conflicto no atendido por parte de Hacienda y la Financiera Nacional de Desarrollo. Nosotros tenemos esperanzas de que FIRA pueda hacer algo por esa región que puede aportar tanto a la alimentación de los mexicanos”.
Por su parte, representantes del Consejo Estatal Agropecuario de Chihuahua y de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales manifestaron sus preocupaciones ante la desaparición de la FND, la falta de crédito y la posibilidad de caer en cartera vencida. “Una de las cuestiones que más le debe de preocupar es la atención al sector social de productores a nivel nacional que hoy por hoy siguen significando el 52% en materia de tenencia de la tierra”.
Hicieron un llamado a los senadores para que se revise la estrategia de constitución de la Financiera del Bienestar y del Banco del Bienestar para ver si hay posibilidades de armar una bolsa especial de crédito al campo que pueda ser operada bajo los criterios y la normatividad que permita la rentabilidad del otorgamiento del crédito y la recuperación de las líneas, pero que vaya directamente a los productores del sector social y productores medios.
Solicitaron el apoyo para realizar sus pagos, sin que los suban al buró de crédito, porque eso les va a obstaculizar cualquier trámite ante FIRA, la banca y cualquier intermediario.