La producción de naranja en Nuevo León, que inicia en septiembre próximo con la variedad «temprana», está en riesgo de sufrir una pérdida de al menos 30 por ciento, adicional a la caída de 45 por ciento que tuvo hace un año por la sequía.
Citricultores que solicitaron el anonimato por temor a represalias de la autoridad estatal, explicaron al periódico El Norte, que la nueva amenaza se debe a que el Gobierno de Nuevo León les está quitando más agua que sale del canal de riego El Chapotal, con el que tradicionalmente se surte a las huertas de los municipios de Montemorelos y General Terán, que concentran el 80 por ciento de la cosecha de cítricos de la Entidad.
Señalaron que esta afectación agudizó los problemas de sequía y altas temperaturas que ya enfrentaban las huertas.
Indicaron que, por la falta de agua, los árboles se están secando y abortando la fruta aún sin madurar.
La producción de naranja comprende dos ciclos, la de «tempranas», que va de septiembre a febrero del siguiente año, y la de «valencias», que comprende de marzo a junio.
«El Gobierno (estatal) se está llevando prácticamente toda el agua de El Chapotal para (el área metropolitana de) Monterrey y allá Agua y Drenaje (AyD) la está desperdiciando con tantas fugas que trae en sus tuberías; no es justo», lamentó un citricultor.
«De los mil litros por segundo que trae ahorita el Río Pilón, el Gobierno ahora quiere llevarse unos 850 y nos va a dejar sin agua; eso no sólo va acabar con la producción de naranja ‘temprana’, sino con las ‘valencias’ porque con la poca agua que queda esos árboles no van a rendir. De entrada, la cosecha de ‘tempranas’ va a caer al menos un 30 por ciento», expuso otro citricultor.
Los productores explicaron que a petición de AyD, en mayo pasado aceptaron un nuevo convenio con vigencia hasta el 31 de agosto en el que la paraestatal puede disponer de hasta 400 litros por segundo de El Chapotal para suministrar al área metropolitana de Monterrey.
Pero añadieron que AyD instaló en ese canal de riego una nueva bomba con la que elevó la extracción a 650 litros por segundo y que su intención es colocar una bomba más para aumentar a 850 litros por segundo la explotación, lo que representa el 85 por ciento del fluido actual del Río Pilón.
Otros citricultores, quienes por la misma razón pidieron también omitir sus nombres, dijeron que aceptaron el nuevo convenio por las buenas precipitaciones que se presentaron en mayo y junio.
Y también, explicaron, para que el Estado continuara con las obras de entubar los ocho canales que derivan de El Chapotal hacia Montemorelos y Terán, las cuales iniciaron hace un año.
Sin embargo, expusieron que de esos canales sólo tres llevan avances, del 25 por ciento, y en los otros cinco no se ha realizado obra alguna.
«El Gobierno presume que la entubación de las ocho derivaciones de El Chapotal es de su bolsa, pero en realidad lo está haciendo con nuestra agua que se llevó para Monterrey desde el año pasado y por la que facturó. Entonces, no nos está regalando nada y ahora nos está quitando toda el agua», se quejó otro citricultor.
Según datos del Servicio de información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2022, Nuevo León sembró 25,944 hectáreas de naranja, cosechó 25,347, obtuvo una producción de 193,141.20 toneladas con un rendimiento de 7.62 toneladas por hectárea, con valor de 926,877,920 pesos.
Los municipios productores son ocho, de mayor a menor importancia: Genera Terán, Montemorelos, Cadereyta Jiménez, Linares, Hualahuises, Allende, Los Ramones y Santiago.
