Temporada estable para el limón de México

Los suministros de limón son estables y lo suficientemente amplios como para satisfacer la demanda, indica el resumen del mercado global del limón que publica Fresh Plaza.

“Hay suficiente oferta como para que ni los precios ni el mercado se vean perjudicados, y el volumen es prácticamente el mismo que en años anteriores», afirma un transportista consultado.

En la actualidad, el transportista obtiene el limón de cuatro lugares de México: Veracruz, Puebla, Jalisco y Michoacán, de los que se abastece de la fruta en distintos momentos del año. “En cuanto a la calidad y el tamaño es posible encontrar casi cualquier cosa”, agrega el entrevistado.

«Para ofrecer un producto de primera calidad hay que esforzarse en el reenvasado. La calidad que se envasa originalmente es estupenda y luego, una vez que llega a Estados Unidos, tratamos de que siga teniendo la calidad necesaria para generar los mayores ingresos del mercado», sostiene.

Añade que el producto que se recoge del árbol es bueno, con un tamaño y un color consistentes.

Por su parte, la demanda de limón también se mantiene constante. «Parece que todo el mundo quiere el tamaño más grande que haya disponible. A menudo, si tienes a alguien que quiere llevarse tus calibres 175 y 150, tienes que aprovecharlo para darle salida también a tus calibres 230 y 250. Así se alcanza un equilibrio», afirma.

En cuanto a los precios, el expedidor dice que están al nivel que tienen que estar. «No quieres que alcancen los 30 dólares. Si puedes mantener el precio por debajo de 20 dólares, es lo mejor. En un mercado a 60 dólares se espera un limón de alta calidad. Si es perfecto, corres riesgos», añade.

Este precio también ha bajado con respecto a hace unos meses, cuando los precios se dispararon en el mercado. «Los precios han hecho lo que todos esperábamos que hicieran: volver a un punto de asentamiento, que es donde estamos ahora».

De cara al futuro, el transportista espera que se produzca más del mismo movimiento hasta justo antes de la vuelta a las clases, cuando suelen cambiar de nuevo los hábitos de compra de los consumidores.

«Así que en lugar de comprar a granel o de forma más esporádica en verano, se ralentizará la cosa un poco en los restaurantes y se volverá a impulsar la venta al por menor», finaliza.

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