Naranja: climas propicios para su producción

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La naranja tiene su origen en el área mediterránea desde hace más de tres mil años, lo que la convierte en uno de los cítricos más populares en México.

* Introducción

El delicioso sabor de la naranja ha ganado a través de los siglos aceptación mundial alrededor del mundo. Sus distintas variedades son producidas,  comercializadas y consumidas en los cinco continentes. Pero para conseguir un buen cultivo hace falta que se alineen diferentes variables tales como ciertas particularidades de suelo, climas propicios, y a la vez ricas y equilibradas proporciones minerales que permitan la correcta nutrición del árbol.

* Factores climáticos

Entre los factores ecológicos que inciden positiva o negativamente en su producción, el clima es uno de los más importantes. “Es un factor esencial a considerar cuando se elige una determinada región para implantar cultivos comerciales. Las bajas temperaturas, por ejemplo, resultan limitantes para su expansión. También influyen sobre la calidad de las frutas la humedad relativa, las lluvias, los vientos y la exposición del terreno. En este sentido existen diferencias notables dentro de una misma variedad cultivada en climas distintos.”(Anderson, 2012).

 Es por este motivo que las principales zonas de producción citrícola de cultivo programado son escogidas dentro de áreas tropicales y subtropicales, por lo propicio de sus condiciones fisiográficas. En este sentido, amplía: “La resistencia de las plantas a las bajas temperaturas depende en gran parte de su estado vegetativo; las plantas en tiempo de brote sufren más daños que las plantas en estado de reposo. Además, las distintas partes de la planta varían en su reacción; las flores y los frutos pequeños son muy sensibles, resultando dañados con temperaturas de -1ºC. Los frutos completamente desarrollados son perjudicados a temperaturas de -3ºC. Quizá el factor más importante en todos los casos sea la duración de las heladas; es decir, el tiempo que las plantas soportan temperaturas inferiores a 0ºC. Si éstas son de escasa duración no alcanzan a producir daños apreciables. En cambio, temperaturas no tan bajas, mantenidas durante un período mayor, ocasionan graves perjuicios. Deben evitarse los lugares o zonas afectados por fuertes heladas para implantar cítricos. Las altas temperaturas no son limitantes. Sin embargo, el ascenso brusco de la temperatura puede producir la muerte de hojas y la disminución de la calidad de la fruta. La amplitud térmica óptima para el desarrollo de los cítricos se encuentra entre 23ºC y 34ºC. D” (Anderson, C. 2012).

Hay otros factores que se conjugan para dar lugar al escenario edafoclimático conveniente para el cultivo citrícola. Entre ellos, la humedad relativa del ambiente, que actúa como moderador de los cambios climáticos. Una humedad ambiente de entre el 60% y el 80%, ayuda considerablemente a moderar los cambios abruptos de temperatura que tanto daño le hacen a la calidad final de la fruta. Del mismo modo, contribuyen a una corteza menos gruesa, y a la mejor calidad del zumo.

Por otra parte, a nivel climático también influyen factores no limitantes. La acción del viento por ejemplo puede ocasionar el efecto de desmejoramiento estético de la corteza frutal (conocido en algunos países bajo el término de rameado). Las precipitaciones adecuadas se calculan alrededor de 1200 milímetros anuales. Se consideran factores no limitantes ya que son posibles de atenuar (los efectos del viento) plantando cortinas rompevientos de árboles idóneos; o en el caso de precipitaciones deficientes puede palearse con riego artificial.

* Suelos

Los suelos apropiados a nivel de sus propiedades físicas deben permitir una buena aireación, dado que las raíces de la planta de naranja, necesitan abundante oxigenación. Se recomiendan suelos de textura liviana, franco arenoso o franco arcilloso. Este tipo de suelos no solo tienen una adecuada aireación sino también muy buen drenaje.

Por otra parte, a nivel químico, deben ser obviamente ricos en nutrientes. Cuando hay carencia de algunos de ellos, repercute negativa y notoriamente en el cultivo, y en este artículo revisaremos algunos casos. Si bien en la mayoría de los casos puede tratarse con fertilizantes, es adecuado poder reconocer los indicios sintomatológicos cuando se dan estas deficiencias. 

Para poder eventualmente suplir un déficit potencial se debe primeramente conocer los requerimientos nutricionales de los cítricos. En general, y específicamente aquí del árbol de naranjas. Si bien la absorción nutricional tiene lugar todo el tiempo (en cada ciclo), la absorción es mayor durante las etapas de floración y formación de la fruta. “El calcio (Ca) es el elemento más abundante en las partes vegetativas de la planta, seguido por el nitrógeno (N), potasio (K), magnesio (Mg), azufre (S) y fósforo (P). Sin embargo, el N y el K son los más abundantes en el fruto. Cerca del 30% del N total en la planta y el 70% del K se localiza en el fruto”. (E. Molina, 2000).

Manteniendo estas particularidades edafoclimáticas y niveles nutricionales, prácticamente se garantiza una fruta de calidad. Pero ¿Qué sucede en caso de que alguno de los nutrientes no esté presente en los porcentuales adecuados? Veamos algunos casos: 

* Deficiencia de Nitrógeno en la planta de naranjo

“El nitrógeno es el elemento que mayor influencia tiene en el rendimiento de los cítricos, pero si se usa en exceso resulta anti-económico y puede afectar la calidad de los frutos” (Hernández, 1979), aseguraba un investigador que a finales de la década de los ´70 se encontraba abocado a llegar a diferentes conclusiones por medio de la observación de cultivos experimentales de naranja valenciana, al sur de La Habana, en Cuba.

La importancia nutricional del nitrógeno en los cítricos, y en la planta de naranja en particular comenzó a suponerse antes de poder comprobarse, desde hace ya varias décadas atrás. Hoy sabemos que es el elemento central de la nutrición de los cítricos en general. ¿Por qué decimos que es central en su nutrición? Porque no solo se ha observado su efecto (notorio por cierto) en el crecimiento y desarrollo del árbol, sino también que la presencia de porcentuales adecuados de nitrógeno posibilita y favorece la correcta absorción de otros nutrientes indispensables. En la época en que la floración está a punto de despuntar, y durante la misma y el cuaje de los frutos, son los momentos en que se presenta la mayor absorción y translocación de Nitrógeno en la planta. Al cumplir un rol como constituyente de aminoácidos y proteínas, su presencia es de tenor crucial para la división celular. Por ello, la sintomatología más notoria (o unas de las más severas) en los casos de déficit de N en estas plantas es que el crecimiento se ve desfavorablemente afectado. 

A niveles de diagnóstico superficial por observación, pueden ayudar las siguientes características: “clorosis o amarillamiento de las hojas. Hojas delgadas, frágiles y pequeñas. La clorosis es más pronunciada en ramas con frutos. Los frutos son pequeños, con la cáscara fina y tienden a madurar precozmente. Reducción del crecimiento de la planta, defoliación y muerte descendente de las ramas” (E. Molina, 2000).

* Deficiencia de Hierro

Las deficiencias de (Fe) suelen darse en caso de que las plantaciones se encuentren en terrenos arenosos o calcáreos. La presencia de Hierro es importante ya que actúa como un activador enzimático que propicia la correcta producción de la clorofila. Los síntomas se presentan fundamentalmente en hojas nuevas y se caracterizan por una coloración amarillo pálido en toda la lámina foliar (Malavolta 1964).

Por otra parte, en la primera etapa de producido el déficit, se podrá observa que las nervaduras de las hojas se conservan verdes, por la baja movilidad interna de esta sustancia. Este dato evitará cierto grado de confusiones en el diagnóstico visual temprano de la sintomatología. (E.Molina, 2000). No obstante, otros investigadores sostienen que por la usual presencia de otros tipos de afecciones (como plagas) es poco confiable diagnosticar sin pruebas de laboratorio y un análisis foliar exhaustivo (Costa, 1976).

* Deficiencia y toxicidad por Boro

La presencia porcentual adecuada de boro en el árbol de naranja, así como en los cítricos en general posee una amplitud de tolerancia baja. Esto significa que de presentar carencias, a toxicidad por excesos hay poca distancia.  “La deficiencia de boro puede ocurrir tanto sobre suelos ácidos como alcalinos. La toxicidad puede aparecer cuando este elemento está presente en el agua de riego en concentraciones superiores a 1 ppm, o altos contenidos de B en suelos. El estiércol de aves de corral a veces puede reducir el efecto de la toxicidad de boro”, afirman Erner, Cohen y Magen (Erner; Cohen; Magen, 2000).

El Boro ha sido señalado como uno de los nutrientes esenciales para obtener cultivos de naranjas fructíferas y de buena calidad, si bien sus funciones fisiológicas no están aclaradas completamente aún. Eso no significa que aunque no “desempeñe funciones biológicas esenciales para la planta, como a continuación veremos, el boro desempeña un papel esencial en el transporte de azúcares, en la síntesis de sacarosa, en el metabolismo de ácidos nucleicos, en la biosíntesis de carbohidratos, en la fotosíntesis, en el metabolismo proteico, en la síntesis y estabilidad de las paredes y membranas celulares, etc.” (Alarcón Vera, 2021).

En los casos en que se halla déficit de Boro, las hojas más jóvenes se comienzan a deformar. También presentan un cierto color amarillento en las venas central y lateral. Las hojas más desarrolladas tienden a enrollarse sobre sí mismas perdiendo su aspecto normal. Se presenta una muerte descendente de las ramas y la formación múltiple de yemas vegetativas. El resultado son frutos pequeños, con poco jugo, duros, de cáscara gruesa y áspera que presentan ciertas formaciones circulares pequeñas gomosas en el interior de los gajos. (E.Molina, 2000).

* Deficiencia de Calcio 

Hace más de un siglo la ciencia botánica y agronómica pudo establecer en sus albores la esencialidad del calcio para las plantas en general, a causa de ello, en las primeras soluciones nutritivas experimentales se lo incluía con el objetivo de favorecer el buen crecimiento de la raíz y el correcto desarrollo del tubo polínico. (Duarte; Guardiola, 1995).

Por tratarse de un nutriente tan importante, es una buena noticia que su deficiencia en los naranjos es (relativamente) muy poco frecuente si el plantío se encuentra en un suelo al menos medianamente propicio. En ocasiones puede presentarse un suelo pobre en calcio, o muy ácido, que termine nutriendo deficientemente al naranjo, pero no es lo más recurrente.

De todos modos, en los casos en que se da, esta especie presenta brotes cortos y débiles, defoliación intensa, ramillas moribundas y en sus hojas una clorosis nerval que no es necesariamente exclusiva de esta deficiencia. (Duarte; Guardiola, 1995). A nivel de la producción, la afecta de manera muy negativa ya que “los frutos son pequeños y deformes, con bolsas de jugo arrugadas, cáscara áspera y gruesa. Se reduce el crecimiento y la producción.” (E.Molina, 2000).

* Deficiencia de Magnesio

El magnesio es un componente de la clorofila y otros pigmentos; se encuentra en las hojas y los brotes de árboles cítricos en una proporción más alta que en otras partes de la planta. Una deficiencia de magnesio resulta en una pobre pigmentaci6n verde, y aspecto clorótico de las hojas. (Erner; Cohen; Magen, 2000).

Además, participa en la síntesis de proteínas, nucleoproteínas y el ácido ribonucleico y favorece el transporte de P dentro de la planta. Es un elemento móvil en la planta, por lo que la deficiencia se presenta primero en las hojas más viejas (E.Molina, 2000). En la planta de naranja, estos síntomas de deficiencia aparecen primero sobre las hojas más maduras como un bronceado, proseguida por la formación de una cuña verde en la base de las hojas ocasionada por el empalidecimiento de los bordes de la hoja. Los síntomas de deficiencia de magnesio son muy comunes en huertos cítricos sobre suelos muy ácidos con bajo contenido de Mg. (Erner; Cohen; Magen, 2000).

* Deficiencia de Zinc

Este elemento es de suma importancia en la producción de la naranja. La deficiencia de Zinc comparte el podio de las más comunes secundando a la de Nitrógeno en el cultivo de esta especie. Esto se ha comprobado en un amplio rango de tipos de suelos. Parecería ser que esta condición está algo relacionada con la ineficiencia de los patrones de capacidad para absorber el nutriente que presentan algunas variedades de naranja. El Zinc es esencial para la síntesis de ciertas hormonas, como la auxina, y también para la síntesis de proteínas. (García; Salas; Valdivia; Álvarez, 2008).

En casos en que el árbol de naranja padezca deficiencias de Zinc, por ser este un nutriente inmóvil dentro de la planta, presenta los síntomas descriptos a continuación.  En las más jóvenes,  se presenta una clorosis intervenal, pero la nervadura central y los nervios laterales permanecen verdes. Las hojas se mantienen pequeñas, y su crecimiento en forma de punta. Los brotes más nuevos adquieren forma de roseta. Si la deficiencia es severa se reduce el tamaño de la planta y se reduce la producción y calidad del fruto. (E.Molina, 2000). 

* Deficiencia de Manganeso

Este nutriente desempeña un importante rol en la planta de naranja como catalizador de los sistemas enzimáticos que intervienen en los fenómenos respiratorios, fotosíntesis y el metabolismo del Nitrógeno.

Podemos encontrar un déficit del manganeso en cultivos implantados en comúnmente en suelos alcalinos y/o arenosos. También aunque menos frecuentemente pueden hallarse casos en algunos suelos ácidos con demasiada irrigación. Si bien no es una deficiencia fácil de hallar, en suelos calcáreos es muy recurrente, y la mala noticia es que estos suelos no parecen reaccionar a los tratamientos para enriquecerlos. (Erner; Cohen; Magen, 2000).

La sintomatología de la deficiencia es difícil de diferenciar del déficit nutricional del Zinc por lo cual se recomienda un análisis foliar exhaustivo. Las hojas jóvenes presentan un color verde pálido o tirando a amarillo entre las venas, sin embargo el observador experimentado puede diferenciarlo aún visualmente ya que la clorosis es menos pronunciada que en el caso de la deficiencia de Zinc. Hablando de los frutos son de sabor más suave y de color más pálido. (E.Molina, 2000).

* Deficiencia del Molibdeno:

Es el caso quizás menos grave, ya que la necesidad de la planta de este nutriente es realmente muy pequeña y fácil de corregir. En casos en que fuere necesario, se aplican soluciones pulverizando el follaje con 30 a 100g. de molibdato de sodio o de amonio cada 400 litros. (Erner; Cohen; Magen, 2000).

* Conclusión:

La naranja más que un cítrico popular, es muy indispensable en la alimentación de todas las personas, ya que son más los beneficios que aporta a nuestro cuerpo que los daños que pueda ocasionar. Así mismo, su proceso de producción es muy buena fuente de empleos, ya que hay miles de productores en todo el país que cosechan esta fruta, siendo su precio uno de los más bajos que podemos encontrar en el mercado de cítricos, lo que permite que la mayoría de la población tenga acceso a este fruto.

* Bibliografía:

  • M. Duarte; J.L. Guardiola (1995). Aplicaciones del calcio en la citricultura. Revista Levante Agrícola. 2da tirada.
  • Molina. (2000). Informaciones agronómicas N 40. Nutrición y fertilización de la naranja. Centro de investigaciones agronómicas de la universidad de Costa Rica.
  • Hernández. (1979) Efecto del fósforo, potasio y dosis de: Nitrógeno sobre el rendimiento, calidad del fruto y contenido foliar del naranjo Valencia. Revista Cultivos Tropicales. Vol. 1. Número 1.
  • Díaz; O. Rodríguez. (1996). Nota técnica: Diagnóstico de deficiencias de hierro mediante la técnica de la media hoja, en el Naranjo California. Revista Bioagro. Volumen 8. Número 1.
  • Malavolta, E., H. S. Pates. 1964. Seja o doutor dos seus citros. Informacoes Agronómicas.
  • Almendros, M. I. Rico, L. M. López-Valdivia y J. M. Álvarez. (2008) Deficiencia de Zinc en los cultivos y correctores del micronutriente. Vida Rural.
  • Y. Erner, A. Cohen, Ha. Magen –trad. R.Melgar.- (2000) Fertilizando para altos rendimientos cítricos. Boletín N 4, 2da Ed. Revisada.  Basilea/Suiza.
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