En la última década de este siglo, ha crecido la tendencia a producir y comercializar productos orgánicos.
Cada día los consumidores toman conciencia de la forma en cómo se producen los alimentos, dando preferencia a los que contribuyen a la salud y a un cuidado especial de los recursos naturales y el medio ambiente.
La producción orgánica, es un sistema de gestión integral que promueve la producción sostenible basada en prácticas de manejo de forma armónica, cuyo objetivo es alcanzar una productividad económica y social sin olvidarse de la conservación y recuperación de los recursos naturales.
Se le conocen como orgánicos a los productos vegetales, animales o derivados, que se cultivan o crían con sustancias naturales sin utilizar plaguicidas ni fertilizantes artificiales, entre otros químicos.
El norte de Veracruz, es una región de México que le apuesta a la citricultura, a pesar de la poca rentabilidad del cultivo.
Citricultores del Distrito Agrícola de Tuxpan que contempla los municipios de Tihuatlán, Álamo, Tuxpan, Cazones de Herrera, Castillo de Teayo y Tecolutla; y Papantla, han optado por dar un valor agregado a la naranja y ofrecer un producto con cero plaguicidas y fertilizantes químicos: un producto cien por ciento orgánico.
Entre las principales ventajas de producir naranja orgánica se encuentran: la producción es como la convencional, a cielo abierto, pero sin la exposición a productos químicos; la comercialización está garantizada porque es por contrato asegurado y pactado, con mayor precio y mayor ingreso para los productores; se tiene mayor cuidado de la tierra; y mayor cuidado de la salud de los agricultores, trabajadores y consumidores.
Fue en el municipio de Papantla, donde se originó la idea revolucionaria de la citricultura orgánica, especialmente la producción de naranja orgánica. Fue en el 2004 que se creó la primera red de productores y consumidores de orgánicos.
“Nos llevó ocho años, cambiar y entender bien lo que estaba pasando con nuestras prácticas convencionales. Le encontramos a cada problema que teníamos una opción técnica, y entonces cambiamos las 16 hectáreas, propiedad de la familia, a orgánicas”, señaló Manuel Ángel Gómez Cruz, productor de cítricos de la Huerta Agroecológica Los Gómez, ubicada en la comunidad de San Pablo, en Papantla, Veracruz.
En la citricultura orgánica se puede disponer de una fruta de buen tamaño y peso comparada con la fruta convencional. Es ligeramente más caro producirla porque se invierte más en trabajo, pero se bajan los costos de producción porque elaboran ellos mismos la mayor parte de los insumos que se utilizan para el manejo de nutrición y control biológico de plagas y enfermedades, lo que lleva a tener un mejor rendimiento.
“En la cuestión ambiental, al darle un manejo diferente a la parcela se busca que haya una interacción con las arvenses* que hay en la huerta, y eso lleva a que las plagas no se suban al naranjo, sino que también convivan con las otras plantas que están en la huerta y no afecten la producción”, enfatizó Osciel Rodríguez Nieto, investigador y colaborador del Centro de Investigación de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Manuel Ángel Gómez y su grupo de investigación con más de 10 años de experiencia en la citricultura orgánica, han demostrado que la producción de naranja orgánica puede superar el rendimiento promedio de una producción convencional, superando las 40 toneladas por hectárea de producto orgánico, e inclusive una reducción en los costos de producción por la elaboración de insumos propios.
Esto último y el sobreprecio que recibe la venta de naranja orgánica permiten compensar sin problema alguno los altos costos que se generan por la demanda de mano de obra que requiere la agricultura orgánica.
Asimismo, este sistema supera el ingreso neto que obtiene un productor convencional. De esta forma la agricultura orgánica premia al productor, mejorando su calidad de vida, la de sus trabajadores y sus familias.
Uno de los retos de pasar de citricultor convencional a orgánico, es la larga espera de tres años para el productor, donde debe someter su parcela a un proceso de transición a orgánico. Y hasta el cuarto año ya puede empezar a comercializar su producto como totalmente orgánico.
No obstante, existen empresas que premian y compran naranjas en transición a un mayor precio que el convencional.
Por otro lado, la certificación a orgánico es uno de los principales requisitos para que un productor pueda vender su producto como orgánico. Esta certificación tiene el objetivo de verificar, comprobar y garantizar que la producción en campo se lleve a cabo, con base en lo establecido en las normas de la producción orgánica.
Pero también un productor orgánico puede no estar certificado y vender su naranja en tianguis y mercados nacionales, donde solamente pedirán información de la huerta para verificar que se dé el manejo adecuado. Para el mercado industrial y de exportación, sí se requiere de la certificación.
La certificación se realiza a través de una certificadora autorizada y tiene dos opciones para hacerla: Individual, un solo productor con cinco a 10 hectáreas de terreno y pagará por la certificación entre 50 o 60 mil pesos al año. Y otra manera es formar grupos de 20 socios, pequeños productores que tengan pequeñas superficies que juntan y su costo va de 200 a 600 pesos por hectárea, dependiendo de las normas que se vayan a certificar.
Los requisitos para obtener la certificación son: tener barreras vivas, que eviten la contaminación por la aplicación de agroquímicos en huertas convencionales vecinas; tener bitácoras con un registro de actividades; y tener un plan de manejo de la huerta: cómo limpiar, cómo nutrir, y cómo evitar plagas y enfermedades de manera orgánica.
Para tramitar la certificación en la zona norte de Veracruz, se puede hacer a través de Certimex, ImoControl, Ceres y Oregon Tilth, que son las principales agencias certificadoras.
Una vez que el productor se ha certificado y pasado el proceso de transición ¿a quien le venden? Las empresas que compran la naranja orgánica de esta región son: Citrex, que es la más importante y compra a precio más bajo; Citrusper, en Martínez de la Torre; y en Álamo hay dos: IQCitrus e Indumesa y dos más nuevas Citrofrut y Expocitrus.
El destino comercial de la naranja orgánica son las jugueras y de ahí al mercado internacional como Estados Unidos, Canadá y Europa.
En la naranja convencional varía mucho el precio, es decir es oferta y demanda, depende de la producción si hay mucha o poca producción. En la orgánica, el precio es estable no lo determina el mercado. Es decir que la tonelada la pagan en todos lados, al doble de lo que cuesta la convencional.
A nivel mundial, México es el tercer país con mayor número de productores orgánicos certificados.
Por lo tanto, el futuro de la agricultura, según los productores de naranja, deberá ser lo orgánico, con una visión orgánico-agroecológico, que les de satisfacción, con mejores precios, cuidando de los recursos naturales y de su única herencia: la tierra en la que producen.
Producción de naranja convencional y orgánica en la zona norte de Veracruz, 2021
MUNICIPIOS | SUPERFICIE (Hectáreas) | PRODUCCIÓN (Toneladas) | VALOR DE LA PRODUCCIÓN (Miles de pesos) | |
SIEMBRA | COSECHA | |||
Álamo | 43,872 | 43,772 | 680,655 | 1,905,833 |
Papantla | 15,310 | 15,270 | 190,875 | 391,746 |
Tihuatlán | 13,973 | 13,958 | 188,433 | 537,850 |
Castillo de Teayo | 10,775 | 10,761 | 149,901 | 407,827 |
Tuxpan | 5,496 | 5,471 | 82,065 | 235,910 |
1 comentario
en el caso de LOS POMELOS, en este caso la variedad DOBLE ROJA…también habrá mercado orgánico??