Los cultivos tradicionales dejaron de ser rentables para los productores agrícolas en la zona del norte de Veracruz. La jícama y la sandía tienen menor producción en la zona y resultan cada vez menos productivos, y económicamente no rentables ante las condiciones climáticas que cada año se tornan menos favorables.
Cultivos como la jícama, principal producto en los municipios de Ozuluama, Tampico Alto y Pueblo Viejo, se mantiene a pesar que cada año la producción tiende a bajar, hay menos superficie de siembra, bajos rendimientos y mercados que se niegan a pagar precios justos.
Sin embargo, ante el difícil panorama han surgido otras opciones como el limón persa que puede ser considerada «una salvación» para el campo de esta región.
Entre los productores del municipio se ha propuesto diversificar a cultivos como el limón persa, ya sea en alternancia con otras opciones de siembra, con el apoyo del gobierno local en todo el proceso de producción, desde la siembra hasta la cosecha, y el mercado destino del producto con gran demanda en el mercado internacional.
El gobierno de Tampico Alto promueve la diversificación de cultivos y busca integrar a productores ganaderos en actividades agrícolas para ampliar la variedad de siembras y salgan de esquema de los monocultivos, ya que la zona destaca por la siembra de sandía, piña y jícama.
La intención es organizar a los productores locales interesados en la siembra del limón para que ocupen una superficie de 200 hectáreas, impulsar la creación de una empacadora que favorezca la industrialización del cítrico y obtener una unión de limoneros.
Los agricultores del norte de Veracruz se niegan a abandonar los cultivos tradicionales que cada vez tiene una más cara producción, por lo que se busca que diversifiquen su labor a cultivos diversos como el limón persa, camote y cacahuate que pueden mejorar sus ingresos y calidad de vida.