De acuerdo con un proyecto realizado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), institución pública descentralizada dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la Península de Yucatán posee alrededor de 26 mil hectáreas de cítricos, las cuales se caracterizan por un nivel de tecnificación bajo, pero también por usar pocos agroquímicos para la producción.
Otra característica es que más del 90% de las plantaciones descansa sobre naranja agrio (Citrus aurantium), este portainjerto ha permanecido entre los productores pues tolera elementos bióticos (gomosis, viroides) y abióticos (pH, suelos calcáreos y pedregosos) lo que ha permitido la existencia de árboles longevos en la región.
Esta relación benéfica con el naranjo agrio tuvo un primer encontronazo en el año 2000, cuando arribó el pulgón café de los cítricos (Toxoptera citricidusahora Aphis citricidus) y también se detectaron por los Comités de Sanidad vegetal y la Dirección General de Sanidad Vegetal árboles infectados con el Virus de la Tristeza en Cítricos (CTV, por sus siglas en inglés) durante los años 2000 a 2007. Los escenarios proyectados de muerte masiva de árboles por la tristeza de los cítricos, no se materializaron para fortuna de los productores y la alerta por el patosistema pasó a segundo plano por la llegada de nuevos patógenos en el horizonte citrícola.
En ese entonces, la razón principal fue porque los árboles infectados albergaban aislamientos no severos (T30) del patógeno, que no provocan síntomas ni daños evidentes, aún en la combinación susceptible de naranjo dulce injertado en naranjo agrio.
Sin embargo, en la citricultura mexicana desde hace décadas ha existido el riesgo latente para las huertas establecidas en naranjo agrio, ya sea por la separación y cambio en la proporción de aislamientos del CTV en campo por la afidofauna, la llegada de pulgones/áfidos con aislamientos severos o la movilización de plantas infectadas que se configura como la vía más común y eficiente de dispersión primaria.
Desde 2017, en Veracruz se tienen reportes de la aparición de plantas con síntomas severos de la infección con CTV, muchas de ellas con los síntomas de “quick decline” o tristeza, también con síntomas de reducción de vigor del árbol, reducción del tamaño de hojas, clorosis generalizada y picado de tallo.
Ante ese escenario, el INIFAP financió el proyecto “ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO DE RIESGO DE OCURRENCIA DE AISLADOS SEVEROS DEL Citrus Tristeza Virus EN LA REGIÓN GOLFO CENTRO Y SURESTE “, que abarcó el área citrícola de Veracruz, así como algunos municipios en Campeche, Quintana Roo y Yucatán con antecedentes de árboles infectados de CTV.
Derivado de los muestreos e identificación de los aislamientos presentes, en agosto de 2019 se detectó en Castamay, Campeche una muestra que de manera consistente se comportó genotípicamente del tipo VT -un aislamiento severo que provoca picado de tallo-. Por el significado de esta detección para la Península de Yucatán, fue necesario corroborar por otros métodos la identidad del aislamiento mismos que indefectiblemente se asociaron a una variante severa de CTV. Con la certeza del diagnóstico, en 2021 se notificó al Comité de Sanidad Vegetal de Campeche para que corroborara este foco detectado.
A la fecha, el INIFAP-CE Mocochá ha colaborado en el diseño de un esquema de muestreo para detectar nuevos focos, seguimiento de los vectores. Al mismo tiempo, los investigadores involucrados se han abocado a determinar la naturaleza del aislamiento con genotipo severo pero que en la región aun no induce la muerte o afectación masiva de las combinaciones susceptibles.
Actualmente, las acciones sugeridas en la región se basan en reducir la capacidad de dispersión de este aislamiento u otros aislamientos, mediante el abatimiento de las poblaciones de vectores potenciales en las épocas propicias para su movilización; así como la delimitación del área afectada por el o los aislamientos severos. Es de resaltar que estas acciones están dirigidas a retrasar la velocidad de dispersión y establecimiento de los aislamientos con genotipo severo.
De confirmarse el fenotipo severo de los aislamientos detectados, será cuestión de tiempo percibir el impacto en la producción de las combinaciones susceptibles (naranjo dulce/naranjo agrio). Por su cercanía, la citricultura yucateca también está bajo asedio y no se descarta que hayan iniciado infecciones críticas o no detectables con estos aislamientos.
Finalmente, es de destacar que aún con la colaboración de los eslabones de la industria citrícola, el esfuerzo de detección, delimitación y eliminación de estos focos; sus acciones serán socavadas con la introducción de material propagativo infectado (plantas no certificadas producidas en áreas con incidencia de CTV) con aislamientos severos.