De acuerdo al informe Planeación Agrícola Nacional 2016-2030 de la SAGARPA, la exportación de cítricos mexicanos en el periodo 2003-2016 tuvo un aumento del 115%.
Conocer y adoptar buenas prácticas del manejo agronómico del limón permite a los productores obtener cítricos con estándares de calidad que exige el mercado nacional.
* Introducción
El limón es sin duda una joya de la naturaleza. Pocas frutas reúnen tan variadas (y a su vez equilibradas) condiciones. Es atractivo a la vista, aromático (tanto el fruto como los azahares, es decir, las flores de su árbol). Es delicioso, posee aportes nutricionales importantes; entre ellos proteínas, vitaminas, carbohidratos, calcio, magnesio, zinc, potasio, fibra alimentaria, etc. Además, numerosas culturas le han atribuido propiedades curativas aún antes de que ellas se comprobasen en el laboratorio. Podríamos hablar de sus propiedades, aportes y particularidades destacadas durante largos párrafos sin hacerle justicia a este fruto milenario de tan diversa presencia en platos, bebidas, fragancias y usos múltiples en todo el mundo. Desde utilizar el zumo para fines estéticos (blanqueador de manos y dientes, revitalizador del cabello, astringente en tratamientos de cutis… hasta presentarse como la esencia de platos afamados como el lemon pie, el ceviche, aliños, salsas y vinagretas.
Sin embargo para que podamos utilizarlo en los usos ya mencionados, como limón de mesa en aderezo de ensaladas, o como agregado a nuestras bebidas, el sector productor desarrolla un cuidado manejo agronómico nada fácil de lograr. En este artículo nos proponemos brindarle un acercamiento al manejo agronómico del cultivo del limón, que no pretende ser definitiva, sino orientada a que el lector pueda conocer al menos superficialmente ciertas aristas de aquello con lo que los productores deben lidiar día a día; aquí, detallamos pues algunos aspectos.
* Generalidades del limón
La etapa previa a la propiamente llamada “de manejo agronómico” es de tenor crucial. Para obtener buenos resultados, claramente debemos haber planificado exitosamente. Condiciones y variables libradas al azar prácticamente garantizan un resultado deficiente o al menos, no tan bueno como lo puede brindar un plan de acción diseñado a conciencia y por profesionales en la materia.
En cuanto a inocuidad, se recomienda si se va a implantar un lote nuevo no obviar la importancia de garantizar la sanidad de la planta desde su procedencia en el vivero, adquiriendo plantas certificadas y en excelente estado sanitario (Agostini 2007). Una vez que está determinado de dónde traerá plantas de buena calidad y que cumplan los requerimientos indispensables, el profesional debe determinar el tipo de sistema de siembra. En él, planificará el formato, distanciamiento interno, y cercado del cultivo, lo que dependerá de las cualidades del suelo, climáticas, y de la variedad del limón que se esté cultivando.
En cuanto al sistema de sembrado existen diferentes tipos, siendo los más usados “en cuadro”, al “tres bolillo” y “en rectángulo”. Cada uno de ellos tiene obviamente ventajas y desventajas. Deberá elegirse cuidadosamente la distancia entre las plantas, pues si se establecen los huertos muy densos, existe el peligro de sobrepoblación con la desventaja de competencia entre plantas y si se dan distanciamientos muy grandes, disminuye la densidad de plantas y la producción, o dicho en otras palabras, baja la eficiencia de la unidad productiva. Teniendo en cuenta esto, para determinar el distanciamiento y densidad de la siembra, la decisión adecuada se encontrará relacionada a la intención que tenemos para el manejo de la plantación, en lo que a poda se refiere.
Si consideramos manejar el cultivo en setos o en crecimiento libre, las distancias serán más cortas o más largas, respectivamente. Se puede optar por manejar densidades mayores con la idea de eliminar árboles alternos cuando inicie el sombreo de unos sobre otros, plantándose un árbol en medio de la distancia mayor, para aumentar el número de árboles. Cuando la plantación se cierre, se eliminan los árboles alternos. Estas son solo algunas opciones posibles (Vanegas 2002). En otras palabras, “la distancia de siembra y los métodos de trazado dependen de la oferta agroecológica, de la zona, del patrón, de la especie o variedad a cultivar, de la pendiente del terreno y del objetivo económico del proyecto.” (Ferro; Ducuara; Acosta 2001).
Luego de determinar estas variables se tomarán regularmente muestras de suelo para realizarles estudios de las cualidades que presenta. En base a este análisis se podrá decidir los tipos de fertilizantes a implementar y por supuesto también las cantidades adecuadas. Sucede que esta etapa no es nada sencilla, ya que usualmente los resultados de los análisis del suelo no son tan claros.
Como explica el ingeniero Guy Sela, “muchos elementos en el suelo están potencialmente disponibles para las plantas, y el objetivo del análisis de suelos consiste en estimarlos con la mayor precisión posible. La fase sólida y la fase líquida del suelo (la solución del suelo) coexisten en equilibrio. Las plantas absorben los nutrientes de la solución del suelo. Sin embargo, las cantidades de los nutrientes en la solución del suelo son insuficientes para sostener el crecimiento de las plantas. Cuando se disminuye la concentración de los nutrientes en la solución del suelo, los nutrientes se reponen de la fase sólida del suelo. Esto ocurre a través de reacciones como la disolución, desorción, oxidación, reducción, hidrólisis o reacciones de mineralización. Un análisis de la solución del suelo subestima la cantidad de nutrientes realmente disponibles para la planta, mientras que la medición de la cantidad total de los nutrientes presentes en el suelo dará lugar a una sobreestimación de los nutrientes disponibles. Esto es debido a que una gran parte de los nutrientes están fuertemente adsorbidos a las partículas del suelo o existen en una forma que no está disponible para las plantas. Por lo tanto, para determinar los elementos en el suelo que están disponibles para las plantas, el análisis de suelo debe cuantificar una relación entre la fase sólida y la solución del suelo” (Sela 2020).
* Etapa de la preparación del suelo y acciones preliminares
“La preparación del terreno para la siembra en zonas planas incluye arada, rastrillada, subsolada, diseño y trazado de canales de riego y drenaje. En ladera por supuesto esta labor se reduce a limpiar, trazar y ahoyar, cuando es muy pendiente el terreno se construyen terrazas en curvas a nivel, a lo largo del surco (bancos) o individuales” (Ferro; Ducuara; Acosta 2001).
- “Chapoda y Destronconado: Se realizará la chapoda del terreno a fin que este quede limpio y dependiendo del uso anterior del terreno, se considerará necesaria la realización del destronconado, si son arbustos que no se eliminan fácilmente con la chapoda.
- Labores Mecánicas: Dependiendo de las características del terreno y de la economía del productor se decidirá sobre la conveniencia o no de este tipo de labores.
- Trazado y estaquillado: Una vez limpio el terreno y definido el sistema de siembra, se inicia el trazo y estaquillado del terreno, el cual servirá de guía para las personas que realicen el ahoyado. Las hileras se deben orientar de oriente a poniente para tener mejores condiciones de interceptación de la luz solar.
- Ahoyado: El tamaño del hoyo se encuentra ligado a la textura y fertilidad del suelo. Sus dimensiones pueden oscilar de 40 x 40 x 40 centímetros hasta 80 x 80 x 80 centímetros.
- Abonado del hoyo: Cuando se incrementan los porcentajes de arcilla o de arena, es necesario incrementar la cantidad de sustrato en el hoyo de siembra, para permitirle a la planta un desarrollo favorable, por lo menos durante los dos primeros años de plantada.
- Siembra de plantas: El arbolito debe estar fuerte y sano, con el injerto arriba de los 40 centímetros de altura para evitar el ataque de gomosis.” (Vanegas 2002).
Una vez determinado entonces, procedencia adecuada de las plantas, tipo de suelo y manejo de fertilización a implementar, orden del sembrado en cuanto al formato, distancia entre plantas, cercado, etcétera, y nuestra parcela de cultivo ya está lista, entramos sí en la etapa del manejo agronómico. El denominado “manejo agronómico” se divide en varias actividades que actúan colaborativamente para un fin común: alcanzar el objetivo productivo previamente trazado, o bien, lograr el mejor resultado de productividad posible.
* Actividades más importantes del manejo agronómico del cultivo del limón
- Control de malezas: Esta actividad es constante a través de todas las etapas del cultivo. Sin importar si es época de floración, de cuajado, de recolección, o de crecimiento. Las malezas acarrean multiplicidad de males en los sembrados. Por ejemplificarlo, podemos decir que compiten por los nutrientes del suelo con las plantas a cuyo crecimiento está orientado el cultivo. Aunque no solo compiten por los nutrientes, también lo hacen por la evapotranspiración del agua que se encuentra en el suelo (Ferro; Ducuara; Acosta 2001). Además, hospedan agentes patógenos con los que deberemos lidiar si permitimos su proliferación. El control de malezas puede realizarse por medio de procedimientos mecánicos, químicos o manuales. En algunos casos, se combinan. Si bien podemos decir que cada uno tiene sus ventajas y desventajas, el manejo del control de malezas cabe destacar que revoca un especial cuidado sin importar el método por el cual se haya optado. Debe tenerse en consideración mayúscula evitar ocasionar daños medioambientales. Las malezas cumplen una función colaborativa en cuanto a la correcta conservación del suelo. En caso de uso de métodos químicos, puede terminar afectando negativamente a la flora y la fauna benéfica (Ferro; Ducuara; Acosta 2001). Una recomendación del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria señala que el control de malezas debe realizarse después del trasplante y durante el desarrollo del cultivo, debido a que de no ser así se verán dificultadas las labores de poda, cosecha y controles fitosanitarios que son tan importantes como esta actividad (INTA 2018).
- Poda: “La poda debe estar dirigida a desarrollar una copa vigorosa, equilibrada, abundante y uniforme, que permita obtener y estabilizar una alta producción” (Ferro; Ducuara; Acosta 2001). Existen cinco tipos de podas básicos que se deben efectuar. Cada una de ellas es adecuada en un momento específico, o durante un ciclo determinado, dependiendo de la edad del cultivo, éstas son:
- Poda de Formación: Comienza en el vivero pre cultivo. Se efectúa para darle forma y resistencia mecánica al árbol. Se busca formar un esqueleto o armazón que resista mejor los vientos y el peso de las ramas en época de máxima producción. Del mismo modo, se intenta perseguir cierta simetría. Esta poda consiste en despuntar la planta a unos diez centímetros, para estimular la brotación lateral de las yemas; de las ramas que resulten se escogen tres o cuatro que estén bien distribuidas alrededor de la planta; la separación entre ellas debe de ser de 4 a 8 centímetros. Cuando estas ramas alcanzan unos 20 centímetros de largo, se les despunta a unos 5 centímetros para seleccionar nuevamente dos o tres ramas de la nueva brotación, por lo que se pretende que el árbol posea de 6 a 12 ramas bien distribuidas.
- Poda de Desarrollo. Esta poda debe ser temprana, para evitar casos de crecimiento excesivo del follaje que traen por consecuencia una fructificación se retardada. Se limita a eliminar los comúnmente llamados “chupones” o hijos del patrón, que se puede hacer manualmente cuando son brotes tiernos y pequeños; si no se eliminan estos “chupones” compiten por agua y nutrientes, retardando el desarrollo adecuado de la planta. Es necesario eliminar aquellas ramas desnutridas o “plumas” que se desarrollan en el centro del tronco y en las ramas. También, se eliminan las ramas que estén muy cerca o cruzadas, seleccionando la mejor desarrollada y con buena orientación.
- Poda de Fructificación. Cuando la plantación es adulta, se persigue mejorar la sanidad de la copa y principalmente, recuperar el follaje perdido, lo cual está relacionado con la cantidad y tamaño del fruto. También mejora la penetración de luz, mejorando la calidad del fruto por su color. El tipo de poda llamado “de fructificación” puede realizarse de cuatro formas diferentes descriptas a continuación:
- Por las orillas de los árboles: Cuando las copas de los árboles se unen, se cortan las ramas, formando una calle para que entre sol y tengan mayor producción. Al año siguiente se hace lo mismo al otro lado.
- Por descope: Cuando los árboles están muy altos, se corta la parte superior de la copa.
- Poda cónica: Se corta el follaje en forma cónica, para facilitar la entrada de luz y la recolección de los frutos.
- Por ventanas: Se cortan ramas a diferentes alturas para facilitar la entrada de sol y obtener mayores producciones.
- Poda de Limpieza: Se efectúa después de la cosecha y sirve para eliminar las ramas secas, rotas, con ataque de gomosis aérea, melanosis, etc., las cuales provocan el inóculo de patógenos, caída de los frutos pequeños y la calidad externa de la fruta.
- Poda de Renovación: Recepa total del árbol, se elimina todo el follaje, solo quedan el tronco y las ramas principales. Siempre que se realiza una poda, se debe tener cuidado en dejar para lo último los árboles enfermos y desinfectar las herramientas con solución de cloro cada vez que se utilicen, para evitar así la contaminación de árboles sanos o el contagio de agentes patógenos (Ferro; Ducuara; Acosta 2001).
- Fertilización: En el libro “El Cultivo de los cítricos”, Ferro, Ducuara y Acosta explican: “Los elementos nutritivos que necesitan los cítricos y en orden de importancia, son: nitrógeno, potasio, fósforo, magnesio, calcio, zinc, boro, azufre, hierro y manganeso” (Ferro; Ducuara; Acosta 2001). Por su parte, Vanegas amplía: “La fertilización es sumamente importante en el manejo del cultivo, puesto que es la forma como se proporciona la cantidad de nutrientes que la planta necesita para desarrollarse y producir; pero la práctica de fertilización balanceada no garantizará producciones en cantidad, calidad o rentabilidad, por lo que es necesario tener en mente otras prácticas que en conjunto sí lo permiten, tales son: producción (calidad, cantidad, presentación); edad de la plantación; cantidad y densidad de árboles en el plantío, manejo en general de la plantación, incluyendo el riego. Es necesario tener en cuenta, que existe una cantidad de nutrientes en el suelo accesibles para la planta, los cuales se reportan en el análisis de suelo, este es el punto de partida para decidir la cantidad de nutrientes que aplicaremos por fertilización” (Vanegas 2002).
Por supuesto además de los ya nombrados, existen otros tres elementos súper importantes que la planta de limón precisa para propiciar sus procesos biológicos correctamente. Ellos serán absorbidos del agua y del aire, y son: Carbono (C), Hidrógeno (H), y Oxígeno (O). El resto, que trataremos a continuación, serán absorbidos por la raíz o bien por vía foliar.
- Nitrógeno: “Este nutriente posee una importantísima influencia en el crecimiento y producción del limón. Su injerencia forma parte de la metabolización proteica, producción de la clorofila y otros procesos metabólicos. El limón necesita de nitrógeno en mayor proporción que fósforo y potasio, por el consumo que hacen las plantas, y por la pérdida y trasformaciones que sufre del suelo. Los síntomas de deficiencias se observan en los árboles jóvenes por el escaso desarrollo, en los árboles adultos por la baja producción, amarillamiento de sus hojas, frutos grandes con abundante jugo y coloración prematura. La dosis se calcula teniendo en cuenta la edad de la plantación, pues al crecer los árboles van incrementando sus necesidades. Las dosis deben fraccionarse en partes iguales para su mejor aprovechamiento” (Vanegas 2002).
- Fósforo: “necesario en la primera edad de la planta, para su mejor desarrollo radicular y después en la etapa de floración, se aplica antes del trasplante y durante el desarrollo de la planta, teniendo en cuenta su residualidad y baja asimilación. La deficiencia provoca un sistema radicular poco desarrollado, hojas adultas bronceadas, brotes débiles, escaso zumo y floración deficiente; su exceso genera deficiencias de Zinc (Zn) y Cobre (Cu)” (Cieneguillo; Sullana; Piura, 2011).
- Potasio: “El potasio se caracteriza por su gran movilidad dentro de la planta, está siempre asociado a los tejidos, donde se producen cambios bioquímicos que requieren gran cantidad de energía como pueden ser las hojas y frutos jóvenes. Interviene en la traslación de carbohidratos, proteínas y otras sustancias. El potasio después del nitrógeno, es el elemento más importante en la fertilización del limón. Cuando los árboles son jóvenes, la aplicación del potasio se recomienda en igual razón que el nitrógeno. Sus aplicaciones se determinan igual que las del nitrógeno y las del fósforo, es decir a partir del índice de consumo (1.88 kilogramos de Potasio por tonelada de fruto) y por los resultados del análisis foliar y del suelo. Es necesario efectuar un análisis de suelos junto con un análisis foliar (Hojas de 3 a 4 meses de edad) después de la floración para corroborar algunas deficiencias de elementos menores y así distribuir sus necesidades a través de fertilizaciones foliares” (Vanegas 2002).
Los tres componentes nutricionales considerados primarios absorbidos por la raíz. Debemos tener en cuenta que los nutrientes también se afectan mutuamente, de dos maneras opuestas (en este sentido). Puede ser por antagonismo o por sinergismo. Cuando hablamos de antagonismo nos referimos a polaridades que se oponen e impiden o dificultan el accionar de la otra. Cuando hablamos de sinergia, hablamos de “colaboración” o potenciación de uno (o ambos) en presencia del otro. Así lo definen los autores del “Manejo integrado del cultivo del limón”:
- Antagonismos: Cuando hay exceso de un elemento, se produce deficiencia del otro elemento. Esto se da por ejemplo en las siguientes relaciones: potasio/calcio; magnesio/calcio; potasio/magnesio; nitrógeno/potasio; nitrógeno/boro; fosforo/zinc; fosforo/cobre; cobre/fierro; fierro/manganeso; potasio/boro; potasio/manganeso; y calcio/microelementos.
- Sinergismos: La absorción de dos elementos, puede reforzarse mutuamente. Algunos ejemplos: nitrato/magnesio; magnesio/fosforo, potasio/fierro (Cieneguillo; Sullana; Piura, 2011).
- Riego: Conforme a la zona, las precipitaciones promedio, la época del año, la humedad ambiente, la variedad de limón que se esté trabajando y el cruce de esos datos con el tipo de suelo con el que contamos, debe definirse: Sistema de riego, cantidad y frecuencia. Todo ello sin desestimar la evaluación de los costos financieros que significaría la implementación de los diferentes métodos por supuesto. Veremos algunos ejemplos de sistemas de riego:
- Riego por Gravedad: Puede ser en pozas de inundación y por surcos, requiere de grandes cantidades de agua de regadío, esta característica es crítica en aquellos suelos de textura ligera (arenosos) por la cantidad de agua que se pierde por infiltración; también ocurren pérdidas notables en suelos pesados arcillosos expandibles que se resquebrajan causando erosión.
- Riego a Presión: Es cuando se bombea el agua desde un reservorio y se conduce a través de un sistema de tuberías y válvulas o arcos de riego y generalmente reduce el módulo de riego por hectárea, es posible independizar el riego y evitar que este llegue a mojar el cuello de planta. Puede ser por aspersión, micro aspersión o goteo.
- Riego por goteo no convencional (SISTEMA INIA): Es un sistema de baja presión que almacena agua en un reservorio de tierra con cubierta de plástico, a unos 3 metros de altura del terreno de cultivo, diferencia que permite obtener la presión suficiente para que funcione por gravedad y conducir el agua a través de tubos de PVC. El agua llega al pie de planta con tubos PVC de 5/8” o manguera flexible de 16 mm de diámetro interno, con emisores (micro tubos) de 1 o 2 mm de diámetro interno; regulando el riego con su número y longitud de los micro tubos (Cieneguillo; Sullana; Piura, 2011).
Para determinar el tipo de sistema de riego propicio, debe decidirse “según sea la textura del suelo, (…) además tomando en cuenta la disponibilidad de agua y otras condiciones del terreno como la topografía. El primer efecto del riego en los árboles irrigados es el incremento y crecimiento de las raíces, posteriormente se detecta un crecimiento y desarrollo de la parte aérea de la planta. Además, se han determinado resultados favorables en el rendimiento y tamaño del fruto” (Vanegas 2002).
- Frecuencia de riego: “Se define como el intervalo de tiempo que ocurre entre un riego y otro, está determinada por el tipo de suelo (textura), siendo más frecuentes los riegos en los suelos ligeros de textura franco arenoso que en suelos pesados finos de textura franco-arcillosos. También debe tenerse en cuenta la napa o nivel freático del terreno, contenido de sales, es decir los problemas de mal drenaje y salinidad, características que están relacionadas. Por estas razones se recomienda que en suelos arenosos deben regarse con poco caudal, evitando que los fertilizantes aplicados lleguen a mayor profundidad lavándose lixiviándose los nutrientes” (Cieneguillo; Sullana; Piura, 2011).
* Conclusión
Las deficientes prácticas de fertilización, riego, control de plagas y enfermedades son determinantes en la baja producción y calidad de la fruta, lo que genera una baja rentabilidad del cultivo. Por estas razones, se necesita trabajar intensamente con los agricultores, para que conozcan y adopten las buenas prácticas de manejo agronómico del limón y de esta manera produzcan fruta con estándares de calidad que exige el mercado nacional e internacional.
* Bibliografía
* “El cultivo del limón: fenología y principales enfermedades en Tucumán”. Romero; Aguirre; Farías; Torres Leal. Ed. INTA 2019
* “Guía técnica del cultivo del Limón Pérsico”. Ing. Mauricio Jesús Vanegas. 2002.
* “El Cultivo de los Cítricos.” Ferro; Ducuara; Acosta, 2001. Formato virtual: http://bibliotecadigital.agronet.gov.co/bitstream/11348/4055/2/El%20cultivo%20de%20los%20citricos%20Limon.pdf
* “Recomendaciones para la producción del Limón”. Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria. En línea: https://inta.gob.ni/project/cultivo-de-limon/ (INTA 2018).* Agostini, J.P. (2007). “Manejo integrado de enfermedades delos frutales cítricos”. Árboles frutales. Ecofisiología, cultivo y aprovechamiento. Sozzi G. (Ed.) Editorial Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires, Argentina, pp. 483-511.
* “Fertilización y Riego: Teoría y Mejores Prácticas.” Ingeniero Guy Sela. Formato virtual. 2020. file:///C:/Users/tsosa/Downloads/Fertilizaci%C3%B3n%20y%20riego%20-%20teor%C3%ADa%20y%20mejores%20pr%C3%A1cticas_Bernardo_B_V.pdf
* “Manejo Integrado del cultivo del limón”. Universidad Nacional Agraria La Molina. (Cieneguillo; Sullana; Piura, 2011) Versión online: https://www.agrobanco.com.pe/pdfs/capacitacionesproductores/Limon/MANEJO_INTEGRADO_DEL_CULTIVO_DE_LIMON.pdf