El aumento en los costos de producción sigue presionando a los productores de cítricos del Estado de California en los Estados Unidos, y está obligándolos a cambiar su enfoque hacia el mercado interno.
La actual crisis de la cadena de suministro mundial causa estragos tanto en las importaciones como en las exportaciones.
Con la temporada de naranjas «terminando» en junio, el presidente de la Mutual de Cítricos de California (CCM), Casey Creamer, hizo un análisis del ciclo y dijo que hubo una cosecha mucho más ligera y una temporada más corta en comparación con el año pasado. Aunque las cosechas de cítricos tienen una «naturaleza cíclica» que provoca variaciones de un año a otro, Creamer señaló el aspecto «regional» del cambio.
Explicó: «En las zonas del sur no hubo tanta diferencia entre el año pasado y este, pero más al norte, en el valle central, vimos grandes variaciones entre las cosechas, especialmente en las mandarinas”.
Además, el «retraso de la temporada pasada realmente causó una bajada en el rendimiento de este año. La producción de esta temporada se vio un poco ahogada por «los recursos del árbol que se destinan a la cosecha existente y a la nueva», añadió.
Según Creamer, una encuesta de 2019-20 mostró que los costos habían subido mil dólares por acre, sin embargo la situación ha empeorado desde entonces. Teniendo en cuenta los costos de transporte, la escasez de fertilizantes/pesticidas y la mano de obra y ahora, también la inflación, comentó «estamos prediciendo otro aumento de mil dólares por acre.»
De cara a la próxima temporada, el productor pronosticó: «No vamos a ver una repetición del exceso de hace dos años», por el contrario se espera que la cosecha sea «mucho más media, mucho más manejable».
«Sin embargo, el gran interrogante es cómo afectarán el volumen y la demanda a los precios. Si los precios no pueden compensar el aumento de dos mil dólares por hectárea en los costes desde el inicio de la pandemia, «es negativo para los productores y no es sostenible a largo plazo», añadió el presidente de la CCM.
Otra incertidumbre para la industria es la situación del agua en California, que el productor describe como «muy grave», teniendo en cuenta que «una buena parte» de los cítricos cultivados en el Valle Central depende del sistema Friant Water, donde «el lado este, el sur del Valle de San Joaquín (…) están sentados en una asignación de agua del 15% para los contratistas de clase uno [y un] 10% para los contratistas de clase dos».
Los productores están teniendo que tomar decisiones muy difíciles sobre si pueden seguir bombeando las aguas subterráneas de las que disponen, al tiempo que aplican la Ley de Gestión Sostenible de las Aguas Subterráneas, que impone más costes y restricciones a esa fuente.
Aunque la industria de los cítricos ya es líder en la aplicación de sistemas de riego y aspersión para combatir la sequía, el problema sigue vigente. Creamer reconoció que se trata de un «problema de agua a nivel estatal», ya que hay oferta de agua en el norte del estado, pero la demanda se concentra en el sur.
En cuanto al transporte, como ocurre con la mayoría de los productos frescos, los cítricos pueden soportar pequeños retrasos, pero si son importantes se corre el riesgo de perder las frutas. Como resultado de la crisis de la cadena de suministro mundial, ha habido una «falta de mercados de exportación» y por esta razón, «los comercializadores y cargadores han (…) empujado más a nivel doméstico».
El presidente de la CCM explicó que el mercado nacional no suele ser tan bueno como el de la exportación económicamente, pero «con todos los problemas de las exportaciones, los productores, los comercializadores y los cargadores han enviado menos».
Además, los expertos prevén poco alivio en la congestión de los puertos en un futuro próximo y, con los precios del transporte y los fletes elevados, Creamer proyectó que «vamos a buscar que el mercado doméstico se mueva más que en el pasado».
El futuro de las importaciones y exportaciones sigue siendo una incógnita, pero adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado es fundamental, por lo que «hemos tenido que cambiar nuestra estructura empresarial», concluyó.